Todos hemos sido niños alguna vez, y hay algunas imágenes, libros y películas que nos han marcado de por vida. Spielberg era uno de esos niños que disfrutaban de los cómics de Tintín y su fiel Milú. Los años pasaron y aquel niño es hoy en día uno de los mejores directores de cine de todos los tiempos.

Aún, con sus ojos azules cubiertos de arrugas y detrás de esas gafas que tanto le caracterizan, soñaba con aquellos tebeos que de pequeño le hicieron pasar tan buenos ratos y soñar con aventuras y exóticos lugares. Todos, incluso el maestro del celuloide, tenemos a lo largo de nuestra vida espinas clavadas por proyectos o sueños que hemos sido incapaces de realizar. Una de estas espinas para Spielberg, era la realización de las aventuras de Tintiín y Milú. Durante muchos años acarició la idea de crear las aventuras de estos personajes con personajes reales, pero finalmente, y gracias a la aparición del 3-D ha conseguido recrear fielmente el mundo del periodista más famoso del mundo del cómic.

La película, rodada con personajes reales y luego convertida gracias a las nuevas tecnologías en un film rodado enteramente por ordenador convierte a esta película en una obra realizada con esta tecnología superior a las anteriormente rodadas gracias a la perfecta utilización de la magia de los programas informáticos de última generación. La acción y los personajes son muy fieles a los tebeos.

Además, Spielberg realiza un pequeño homenaje al mismísimo Herge (el creador de Tintin) en los primeros segundos de la película. Acción, aventura, efectos especiales y grandes dosis del humor convierten a esta película en un gran y divertido entretenimiento con palomitas para toda la familia.
    

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