Muchos somos los que imaginábamos una edad dorada en el cine con estrenos de películas de superhéroes todos los meses. Esas Edad de Oro ha llegado, y el siguiente estreno ha sido la película de Thor.

Resulta muy extraño que el actor/director Kenneth Branagh haya aceptado este proyecto. Raro es porque es sabido por todos que Kenneth solamente se involucraba en nuevos proyectos donde los guiones eran interesantes e intelectuales o tenían ese aire Shakesperiano que tanto es de su agrado.

Aunque resulte extraño, yo creo que Thor tiene un mínimo de ese espíritu que tanto es de su gusto. El dilema del personaje y la lucha entre padre e hijo buscando un equilibrio en el poder. Equilibrio que no consiguen por el confabulador Loki. Una riña palaciega que tanto aparecen en las obras de Shakespeare. Sin duda, si no hubiera sido Branagh el director no podríamos haber gozado de la excelente interpretación de Anthony Hopkins en el papel de Odín, y como siempre, siendo sin duda el mejor de todo el reparto. Aunque sus apariciones son escasas, el resto de actores se ven ensombrecidos por su presencia. Claro, para algo es uno de los grandes que aún está entre nosotros.

En cuanto a los demás actores, cumplen su papel sin desmerecerlo. La película es totalmente trepidante los primeros 45 minutos. Acción y más acción para luego convertirse en una historia de amor muy poco creíble y las vicisitudes de Thor en la tierra.

Una película interesante, para ver con los amigos.
    

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