Código fuente es una excelente película de Ciencia Ficción que deja al espectador pegado a la butaca sin moverse del asiento, incapaz de apartar su vida en la pantalla debido al excelente suspense desarrollado a lo largo del film, una película sabiamente estrenada con las cercanas vacaciones de Semana Santa.

Desvelar el contenido de la película es lo peor que se puede hacer, porque la película será mucho más impactante si el espectador no sabe que va a ver, aunque podemos desvelar una pequeña pista: terrorismo y viajes en el tiempo. Nada más. Aquel que quiera ver la película le puedo asegurar que no saldrá defraudado del cine en absoluto.

Jake Gyllenhall se jugaba aquí seguramente su carrera, tras realizar varias películas de escaso valor interpretativo, y la verdad es que la jugada le ha salido bien. Un film, ni querer mostrarse una gran superproducción, consigue lo que el director quería: una excelente película. El actor principal está a la altura de la acción realizando una excelente interpretación, con un personaje preocupado por los suyos y por el destino que corren los de su alrededor.

El guión es lo que consigue hacer de esta película una maravilla del género, dado que tiene todos los ingredientes para enganchar al espectador desde los primeros minutos. Una acción contrareloj en cada plano, y 8 minutos tras otros que jugaran en contra del protagonista. Aunque algunos consideren que los efectos especiales son muy importantes en la película, la verdad es que se equivocan, porque olvidan que esa clase de efectos se pueden realizar con un simple ordenador, por lo que los efectos especiales son pocos y muy bien conseguidos.

Pero al final, que el espectador no busque ningún tipo de profundidad poética, porque la película solamente quiere entretenernos, y la verdad es que lo consigue.

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